Consumir fruta después de las comidas... ¿engorda?

La fruta es importante siempre para poder mantener una dieta equilibrada y saludable, pero ahora que empieza el verano lo es aún más, ya que nos ayuda a refrescarnos y mantenernos hidratados. Sin embargo, hay mucho ruido acerca de cuándo es mejor ingerir fruta, e incluso se llega a decir que comer fruta después de la comida engorda. Lo desmentimos:

Como bien decimos, la fruta es indispensable en una dieta equilibrada. La comunidad científica y sanitaria recomienda un consumo mínimo de 5 raciones al día. Así, un informe de la OMS y la FAO publicado recientemente recomienda la ingesta de un mínimo de 400g diarios de frutas y verduras. Su contenido nutritivo depende de las variedades y del grado de maduración de la misma pieza, pero en general decimos que comer fruta es fundamental por los siguientes componentes:

- Entre un 80-90% de agua / 100g. Por ello comer fruta en el verano es especialmente recomendable.

- Hidratos de carbono. La fructosa es el azúcar principal de las frutas, así como la sacarosa o la glucosa que le dan el sabor dulce.

- La fibra. Regula la función gastrointestinal.

- Los minerales como magnesio, calcio o potasio.

- Vitaminas A, C y E. La vitamina A se encarga de regenerar la piel y ayuda a que las mucosas se mantengan en buen estado. La C es popularmente conocida por contribuir a mejorar las defensas y su papel antioxidante. La E destaca por sus beneficios en la salud de los músculos y del sistema nervioso e inmunitario, además también de sus propiedades antioxidantes.

Así, gracias a estas propiedades la fruta nos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, regular el sistema inmunitario, prevenir enfermedades neurodegenerativas y algunos tipos de cáncer gracias a sus propiedades desintoxicantes, mejorar el tránsito intestinal gracias a su importante componente de fibra y ayudan también a evitar el sobrepeso y la obesidad.

Hay quien cree que la fruta es mejor consumirla antes de las comidas o entre horas, pero lo cierto es que el orden no influye, puede comerse como postre, como plato principal o entre comidas. Su aportación calórica no varía, siempre es la misma.

Cuando se ingiere, la fruta se acaba mezclando con los jugos gástricos durante horas. Ahora bien, como hemos explicado anteriormente, la fruta está compuesta fundamentalmente de agua en un 80-90%. De ahí, su consumo tiene un efecto saciante notorio también gracias a la fibra, lo que provoca que se tienda a comer menos luego. Es por ello que en muchos sitios se recomienda ingerirla antes, pero la fruta, per se, no engorda. Si la fruta se toma durante el día también será más fácil que se puedan aprovechar mejor las funciones de la fibra.

También se dice que comer fruta por la noche no es saludable, y eso ocurre porque el contenido en azúcar de algunas frutas provoca en algunos organismos digestiones más largas. Sin embargo, si se tiene un sistema digestivo fuerte no hay ningún problema por comer fruta por la noche. Si se tienen digestiones lentas, en cambio, sí que se sugiere evitar su consumo en estas horas.

Nil Congost