top of page

Dra. Muriel Poli: "Se necesita una microbiota potente para dinamizar el cerebro"

  • websalut97
  • 13 may 2019
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 5 jun 2019


Dra. Muriel Poli, experta en Quiropráctica y Neurología Postural


Entrevista

La Dra. Muriel Poli es experta en Neurología Postural y Ergonomía y es especialista en Terapias Ortomoleculares y también en Quiropráctica de Salud Integral y Desarrollo Personal. Primeramente, fundó el Centro Quiropráctico Árbol de la Vida (“Tree of Life Chiropractic Center”), en Los Ángeles y publicó artículos sobre vida sana en el Larchmont Chronicle. Actualmente, lleva 30 años trabajando para conseguir que sus pacientes lleguen a controlar su propia salud y vitalidad a través del conocimiento y del desarrollo de sus propios recursos. Concretamente, ha trabajado con niños y adultos “diagnosticados” con TDAH y dificultades de aprendizaje mediante la aplicación de un enfoque de tipo natural, integral e individualizado con el objetivo de normalizar desequilibrios neurológicos y químicos asociados a dichos diagnósticos. Además, trabaja en Vitalia Quiropráctica – ubicado en la calle Muntaner 218 (Barcelona) – y con frecuencia ofrece talleres para educar a la gente sobre la manera de transformar positivamente los estresores nerviosos, químicos, emocionales, físicos y corporales.


Dr Muriel Poli, usted es experta en Quiropráctica y Neurología Postural. Brevemente, ¿para qué sirve ambos métodos?

Son un tipo de medicina alternativa y permiten tener más “paz” y un mejor tránsito intestinal, porque incrementan la energía en todos los órganos (incluyendo el estómago, los intestinos, el colon, las glándulas de secreción de mocos y las células de la pared intestinal), lo que significa paredes menos permeables. Con esta actividad incrementada de las células los pacientes normalmente empiezan a descargar toxinas y también se empieza un proceso de una retención de agua asociada. Con este flujo nervioso restablecido, se crea un terreno fértil para la flora intestinal. Con la quiropráctica y la neurología-postural se cumplen estos resultados a través de ajustes muy suaves de la columna vertebral (con las manos), ejercicios neurológicos y estimulaciones del cerebro y terapias ortomoleculares.


En primer lugar, ¿qué es la microbiota intestinal?

En pocas palabras, la microbiota intestinal es el nombre que recibe la población de microbios que habitan en nuestros intestinos. Además, desempeña un papel importantísimo en nuestras vidas y en el funcionamiento de nuestro organismo.


¿Cuál es este papel importante que desempeña la microbiota intestinal?

Enriquecer la diversidad del microbioma tiene muchas consecuencias positivas. Entre ellas, ayuda a mejorar el crecimiento de lactobacillus, ayuda a perder peso, incrementa la producción de ácidos grasos de cadena corta, reduce las cepas nocivas y también los triglicéridos y el colesterol. También estimula el funcionamiento normal de los intestinos y absorbe el exceso de agua (siendo útil para el estreñimiento y la diarrea leve), produce antioxidantes y ayuda a prevenir el Alzheimer, el cáncer, la diabetes, la inflamación crónica, etc. Por esto, se necesita una microbiota potente para dinamizar el cerebro y conseguir una riqueza energética.


¿Qué relación tiene la microbiótica con la naturaleza?

El microbioma en la naturaleza se toma literalmente a través de la piel, los pies, los pulmones. Por esto, incrementar la diversidad de nuestro microbioma debería de ser uno de nuestros objetivos, ya que también estimula la parte sensorial de nuestro cerebro.

El microbioma en la tierra absorbe los minerales coloidales y los disuelven en un complejo mineral, el ácido fúlvico y húmico, que permite a las plantas poder utilizar los minerales. Este ácido que produce el microbioma en la tierra sirve como “un internet” a las bacterias porque les permiten comunicarse entre ellas y permite optimizar la coordinación de la reparación de las células. Así mismo, se recomienda tomar una cuchara de este ácido por la mañana y media tarde con el estómago vacío (al menos 15 minutos antes de comer). Ah, y se debe tomar sin mezclarlo con jugos, alcohol o agua del grifo.


Dejando de lado el ácido fúlvico y húmico, centrémonos en los alimentos fermentados, que se dice que son fundamentales para el sistema inmunitario y para la salud intestinal. ¿Cuáles son los mejores que se pueden consumir?

Cada cultura tiene su versión de alimentos fermentados, pero en general hay el chucrut (de Francia), el agua de coco con kéfir (de Filipinas), el yogur de coco (que está hecho con leche de coco), el tepache (de México), la salsa de soja, la cambucha (de China), el kimchi (de Corea), las olivas y los pepinillos (del Mediterráneo), la pasta de Miso y el miso negro, que está fermentado durante 7 años (fue utilizado en Japón a partir del final de la segunda guerra mundial), y el vinagre de sidra de manzana.


¿Es posible fermentar alimentos en casa en lugar de comprarlos en tiendas?

Claro que sí. Para aprender a hacerlo recomiendo leer el libro “Pura Fermentación” de Sandor Ellix Katz, aunque es verdad que en Youtube hay muchos vídeos que pueden ser útiles para preparar, por ejemplo, un bote de vegetales fermentados o una salmuera de sal y vinagre.


¿Qué es una salmuera exactamente?

Es agua con una concentración muy reducida de sal disuelta muy baja. De hecho, existen ríos y lagos salados donde se extrae la salmuera. Entonces, el encurtido fermentado es aquel en el que, primero, el vegetal se sumerge en una salmuera, antes de conservarse en vinagre.


¿Cuántas veces a la semana se recomienda comer alimentos fermentado?

Se recomienda entre 4 o 6 veces. Concretamente, por día necesitamos ingerir entre 30 y 50 gramos.


Aparte de los fermentados, ¿existe otro tipo de alimentos para ayudar a la salud de los intestinos?

Sí. Hay la okra, las hojas de aloe vera, las semillas de chía o lino, los higos, el agar agar, el psyllium, el fenogreco o la rúcula. También hay las fibras y el clorofila, así como las cebollas, espárragos, alcachofas, puerros, acelgas, manzanas, ciruelas secas, lentejas, judías, coles de bruselas, el brócoli, salvado de avena, la coliflor y la harina de linaza.


¿Los beneficios de estos alimentos son los mismos que los de los alimentos fermentados?

Más o menos, aunque estos ayudan a optimizar el peso y el azúcar en la sangre y además, son una fuente de fructooligosaccharides (FOS), galactooligosaccharides (GOS), xylooligosaccharides (XOS), e arabinooligosaccharides (AOS). Todos estos nombres extraños nutren los organismos.


En el caso de las proteínas, ¿cuáles son beneficios para la salud intestinal?

Resumiendo, las proteínas son esenciales para tener una barrera intestinal integral.


¿Cuáles son las principales fuentes vegetales de proteínas?

La semillas molidas crudas (chía, calabaza, lino, cáñamo…), los frutos secos tal cual o en mantequilla (almendras, nueces y nueces de macadamia, anacardos…), los cereales (la quinoa o la quínoa roja, el arroz, el mijo y el trigo sarraceno), los germinados de alubias u otras semillas, el tahini, el hummus, las setas, el aguacate, las proteínas en polvo de guisantes, etc. Se recomienda tomar, por ejemplo, 1 gramo de proteína por un kilogramo de masa magra, aunque las porciones son relativas: dependen de cada persona. Ah, y aquí quiero añadir que me he dejado un grupo muy importante para la microbiota, que son los polifenoles. Estos aumentan las bacterias buenas y disminuyen las bacterias patógenas.


¿Qué incluyen los polifenoles?

El té, las manzanas, granadas, frambuesas, arándanos azules, bayas, uvas, tomates, el zumo de ciruela o açaí, el aceite de argán y el de oliva, la cebada, el vino, el chocolate, el cacao, los y muchos más.


Ya por último, ¿cuáles son los alimentos a evitar para tener una “buena flora”?

Sobre todo el azúcar, la bollería, las galletas, pasteles, pizzas, panes industriales, quesos, helados, la charcutería, la comida rápida, el sirope de arroz o de maíz y la pasta de trigo.


Anaïs Faner

Comments


bottom of page